martes, 29 de mayo de 2007

Mentes colapsadas

¿Cómo saber si se vive en Argentina? Por múltiples maneras. Generalmente nos damos cuenta que estamos en "argentum" cuando queremos obtener algo o llegar a un punto y no podemos. Por ejemplo: Te levantás para ir al trabajo y advertís que el despertador (de radio) no sonó a la hora señalada porque al despertarte notás que quedó tildado a las 4 AM por un misterioso e imprevisto apagón que dejó barrios enteros sin luz, tras colapsar el servicio eléctrico, y el tuyo era uno de ellos.
Más tarde sabés que las cinco maneras de llegar al laburo: taxi (para los que pueden) auto (para los privilegiados), subte (si no paran y no caminas por las vías), bondi (para la mayoría, con la certeza de llegar una hora más tarde a cualquier lado) y la de encomendarse a Dios (para los que creen); no bastan para llegar a la meta matutina.
Pero no solo esto sucede para los que milagrosamente tienen trabajo, sino que también lo padecen quienes años más tarde lograrán vengarse de estos imprevistos. Hablo del futuro. Los niños, jóvenes, adolescentes y bueno...nosotros también. Pero sobre todo ellos, que si logran tener un mes seguido de clases, llega Metrogas como por arte de magia y corta todo. Sí todo. Porque el escape de gas sólo se percibe en otoño - invierno. En el verano, para que solucionar esas cosas, si total esperamos unos meses y cortamos en el momento de mayor necesidad.
Meningitis, techos que se caen a pedazos, hospitales abarrotados de casos de faringitis, bronquitis, sinusitis, y todas las itis juntas acosándonos.
Pero pensándolo bien eso no es nada. Hay cosas mucho peores. Como ser leer un libro en tu casa y de repente se te caiga el suelo, la pared, vos, tu perro, tus hijos y las mascotas a 4 o más metros de altura porque los cimientos de tu casa no lo soportaron. ¿Por qué? Y simplemente porque la nueva torre que se está edificando al lado de tu vivienda tiene permiso para emular a las torres gemelas y tu edificio de los años 30 no se lo bancó.
Ah, pero me olvido de un detalle. Se vislumbra un salvador. Porque el domingo 3 de junio elegimos a un nuevo Mesías. Un flamante Jefe de Gobierno porteño que tendrá la misión de guiarnos a encontrar la solución correcta. Viene con la llave de Mandrake, la fórmula de Houdini y por si fuera poco, es mentalista. En pocos meses revertirá los derrumbes, la miseria, la inseguridad y la falta de trabajo. Y si no lo logra contamos con una ventaja. Sabemos que nos pedirá. Implorará que lo ayudemos.
Sólo pregunto algo sencillo: ¿En quien confiaremos? ¿Votaremos a los crónicos y reciclados postulantes o nos decidiremos por un poco de previsión?En definitiva, aunque el señor previsor hace años se fugó de esta ciudad de perros gordos y dueños esquizoides; lo único que nos queda para el domingo es depositar en las urnas un poco de memoria, esperanza y valor

1 comentario:

Anónimo dijo...

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